Un insólito hecho ocurrió en el puente Ingeniero Barros, que une a la localidad de Alderetes con San Miguel de Tucumán. Una familia llevaba a uno de sus miembros, fallecido el día anterior, en un coche fúnebre, cuando este se detuvo.
El problema
El vehículo no quería arrancar, por lo que el estado de ánimo de los sufrientes parientes del fallecido era de lo peor. El tiempo pasaba y ante lo grave de la situación, decidieron hacer algo impensado: pararon el colectivo 34 de la línea 142 que pasaba por el lugar.
Extraño viaje
Ante la sorpresa de algunos de los pasajeros, el chofer del colectivo accedió a transportar el cajón con el finado. Así, el féretro fue subido por la puerta trasera del colectivo y viajó en el pasillo, acompañado por sus familiares y el resto de los pasajeros, ahora deudos impensados en un insólito cortejo.
Algunos aplaudieron la actitud del chofer, aunque otros lo increparon. El que sí ligó grandes recriminaciones, por no decir nada más fuerte, fue el chofer del coche fúnebre.