La repostera Mónica Bustamante, de 40 años, vive en General Roca, Río Negro (Argentina). Hace unos meses atravesaba una difícil situación económica, profundizada por el nacimiento prematuro de su hijo Gabriel.
Idea salvadora
Ante la necesidad tuvo una idea desesperada y atrevida: en lugar de hacer los tradicionales bombones para cumpleaños y bautismos, que se vendían poco, decidió romper “el molde” y cocinar penes, lolas y colas de chocolates para despedidas de soltero, citas amorosas y otras ocasiones hot.
Publicó sus nuevos productos en un grupo de Facebook y le fue mejor de lo que pensaba: desde ese momento no para de hacer sus atrevidas (y dulces) creaciones.
Penes y lolas
Su esposo la apoya en el proyecto y hace las veces de repartidor. Bustamente vende penes de 8 centímetros a 15 pesos (unos G. 5.000) y penes de 17 centímetros, testículos incluidos, a 45 pesos (G. 15.000). Aclara que sigue haciendo tortas y otras exquisiteces, pero que casi todo el día se pasa haciendo sus productos estrella.