La Plaza Italia, de Santiago de Chile, fue el lugar donde se congregaron miles de chilenos en la mañana del domingo, para conmemorar el primer aniversario de ola de protestas que sacudió al país el año pasado, la más grave que se realizó después de la dictadura del militar Augusto Pinochet (1973-1990).
Sin embargo, la marcha se descontroló y unos encapuchados entraron a la iglesia de San Francisco de Borja, que es usada por la policía de Carabineros para ceremonias institucionales, y crearon destrozos. Más tarde, fueron a la Iglesia de la Asunción, con más de un siglo y medio de antigüedad y la quemaron.
Mientras la cúpula de la iglesia ardía en llamas, los manifestantes que estaban encapuchados gritaban “Que caiga, que caiga” y posteriormente celebraron la caída de la cúpula más pequeña de la iglesia.
Los negocios que estaban alrededor de la plaza Italia fueron saqueados por los manifestantes. También atacaron algunas comisarías.
En otras ciudades, como Valparaíso, Viña del Mar, Antofagasta y Concepción, también hubo concentraciones y enfrentamientos con la policía.