La dolencia de Johanna le impide llevar una vida normal. Atrás quedaron los planes que hicieron y que les llevaron a casarse en una boda soñada. Ya sabemos que en el mundo de las alergias no está todo escrito: hay quien es alérgico al polen, al polvo, a los ácaros, a la naranja, al chocolate o a un medicamento. También hay personas que son alérgicas a los olores, como la protagonista de esta historia.
Vive en “zona segura”
Johanna Watkins es una mujer estadounidense de Minneapólis. Tiene 29 años y padece infinidad de alergias, lo que le impide llevar una vida normal y debe pasar el día en una “zona segura” que ha construido en su hogar, según www.ideal.es.
Su habitación está acondicionada y solo la abandona si tiene que ir a urgencias o alguna revisión médica. Entre la lista de cosas a la que es alérgica, figuran los olores y especialmente uno que (imaginamos) le complica la vida, principalmente.
Un olor especial
Watkins es alérgica al olor de su marido y su organismo reacciona de tal manera cuando su pareja está cerca que ambos se vieron obligados a vivir en habitaciones separadas.
Las únicas personas a las que Johanna no les tiene alergia son sus hermanos, que la visitan cada semana. Watkins vive el día encerrada, en una habitación cubierta de plástico a la que no llega la luz del sol.
Si por casualidad entra en contacto con algo que le haga mal, su esposo se pone una máscara y la lleva a un hospital.