Aruna Shanbaug era enfermera en el hospital KEM de Bombay. Allí, en noviembre de 1973, fue estrangulada con una correa para perros y violada en el subsuelo por un empleado de limpieza del hospital, con quien tuvo un conflicto de autoridad.
Terribles consecuencias
Por el ataque, su cerebro quedó parcialmente muerto. Estaba ciega, había perdido todos sus dientes y no tenía control alguno sobre sus movimientos. En los últimos tiempos sufría una continua diarrea, que agravó aún más su cuadro clínico.
Eutanasia pasiva
El caso de Aruna adquirió repercusión mediática en toda la India en 2011 cuando después de 29 años de lucha incondicio nal de la activista y escritora Pinki Virani para poner fin al sufrimiento de la enfermera, el Tribunal Supremo indio aceptó la eutanasia pasiva, que consiste en retirar los sistemas mecánicos o la medicación y alimentación necesarias para mantener con vida al paciente terminal. Paradójicamente, esa ley no le sirvió a ella, porque la solilcitante de la eutanasia, la escritora Virani, no era pariente cercano.