Jamie Cooper-Hohn, de 49 años, nacida en Estados Unidos, estuvo casada 17 años con el gestor de fondos de pensiones Chris Hohn, de 48, hasta su divorcio en 2012.
La mujer le reclamaba la mitad de su fortuna, estimada en 700 millones de libras, pero el marido le había ofrecido una cuarta parte, por eso el caso llegó hasta los tribunales.
Un juez de la Alta Corte de Londres estableció el jueves que efectivamente le correspondía la mitad, 337 millones de libras (529 millones de dólares, 425 millones de euros).
La pareja, que se conoció en la universidad de Harvard y tienen 4 niños, tenía reputación de vivir sin gran ostentación, de ser generosa y de haber donado a obras caritativas hasta 1.000 millones de libras (1.259 millones de euros).
La indemnización para Cooper-Hohn supera la que obtuvo en 2011 Galina Besharova, la exesposa del magnate ruso Boris Berezovski, estimada en 220 millones de libras.
Las cortes inglesas parten de la base de que los bienes matrimoniales se reparten a partes iguales, para beneficio del cónyuge más desfavorecido, generalmente la esposa.
Es algo que contrasta con otros muchos países de Europa y se traduce en unas compensaciones que no se ven en ningún lugar y que han hecho de Londres la capital europea del divorcio.