Profesión noble la de bombero: arriesgan su propia vida en incendios o en accidentes, salvando la vida de otros. Pero una extraña emergencia atendieron los apagafuegos de Padua (Italia). Esta actuación no habrá sido de las más heroicas, pero probablemente quedará registrada en sus memorias.
“Perdí la llave”
No trascendieron los detalles de la llamada, pero lo cierto es que una mujer se comunicó con el cuartel de los bomberos y dijo que había perdido la llave de su cinturón de castidad y no podía liberarse. Los heroicos servidores pensaron que habían entendido mal y tomaron la denuncia; “será la llave de la casa”, se dijeron.
Al llegar a la vivienda de la desesperada señora, de la que no trascendió el nombre por cuestiones legales, comprobaron que se trataba de la llave del exótico instrumento.
“Nadie me obligó”
Repuestos de la sorpresa inicial, efectuaron el trabajo de rescate en unos minutos, a pesar que, probablemente, la tarea no debe figurar en ningún manual. Los bomberos estaban en la obligación de preguntarle cuál era el motivo para llevar un objeto que se usaba en el Renacimiento, para detectar un posible caso de abuso o maltrato. Ella dijo que nadie la había obligado a llevarlo y que solo evitaba tener relaciones sexuales ocasionales.’