Una triste noticia de dio a conocer el lunes, en el Hospital Samic de Oberá, de Argentina. Un bebé de apenas 3 meses, llegó casi sin signos de vida, pese a los esfuerzos de los médicos por reanimarla, la criatura no aguantó y falleció. Lo más indignante, es que el pobre bebito murió de hambre, según la autopsia.
Tras lo sucedido, los vecinos contaron que la madre no alimentaba al pequeño y que lo maltrataba. En más de una ocasión ella intentó quitarse la vida, colgándose de un cable, acto que fue impedido por su pareja. La mamá, de apenas 18 años, quedó detenida, bajo la carátula “Abandono de Persona Seguida de Muerte”.
Sin embargo, la situación parecería tener un trasfondo marcado por la pobreza, la marginalidad y las adicciones. La madre vivía con su hijo en una precaria casilla de madera que se había construido gracias a una pensión por discapacidad que ella cobraba, según contaron sus vecinos. Allí solamente tenían una cama y carecían de los servicios básicos, según publicó el portal digital Misiones Online.