Arabia Saudita celebró, por primera vez en su historia, elecciones abiertas a las mujeres, que pudieron participar como candidatas y votantes, un paso tímido hacia la igualdad de sexos en este reino ultraconservador regido por una versión rigorista del islam. Era el único país en el mundo en negar el derecho de voto a sus ciudadanas, quienes no pueden conducir y necesitan el visto bueno de un hombre para trabajar o viajar.
A pesar de todo, 9 electas
Arabia Saudí prohíbe a las mujeres estar en lugares con hombres, por lo que las candidatas no pudieron dar mítines ante hombres: solo estaban autorizadas a hablar con las mujeres, quienes acudieron a votar vestidas con la tradicional túnica negra.
Pese a las limitaciones, al menos nueve candidatas fueron elegidas consejeras municipales. Las votantes, algunas con lágrimas, decían estar felices por hacer algo que solo habían visto en la televisión o en las películas.