María Belén Gómez (17) no puede evitar derramar algunas lágrimas al recordar a su abuelo, quien a pesar de que ahora ya no está, le dejó como herencia un mazo y una tenaza para forjar su futuro como herrera.
A pesar de que hace más de un año la joven caaguaceña ya se dedicaba a moldear hierros, desde hace dos meses el oficio se convirtió en un desafío para ella tras la muerte de don Amado Báez, su abuelo y quien le enseñó la herrería.
“Él (su abuelo) me enseñó todo lo que sé y ahora quiero seguir sus pasos”, dijo la joven.
Belén mencionó que su abuelo quedó con varios pedidos pendientes, por lo que está trabajando a full para cumplirlos, pero ya solita en el taller.
Muy trabajadora
La joven señaló que al principio le costaba demasiado moldear los hierros, pero que nunca se dio por vencida porque su abuelo le daba ánimos.
“Me decía que no me rinda nunca, que esto me iba a sacar adelante. Aunque terminaba con los dedos cortados, sangrando”, comentó.
Belén afirmó que cuando comenzó a trabajar en esto, varios le dijeron que la herrería no era para mujeres, pero a pesar de todo ella igual siguió y ahora ya es reconocida por su buen trabajo en su ciudad.
“Les demostré que puedo y sé que voy a poder hacer mucho más”, recalcó la caaguaceña. Además de la herrería, la joven se dedica al maquillaje profesional y a vender las verduras que cosecha en su huerta.
Otros oficios
Belén contó que es hija de una madre soltera y que su abuelo la crió como si fuera su papá. Dijo que don Amado no solo le enseñó la herrería: la joven también es plomera y electricista. Entre los trabajos que más hace como herrera son las planchuelas de hierro y madera que usan en las construcciones.
Su sueño es ser una abogada
Belén contó que el sueño de su fallecido abuelo fue verla con un título universitario, por lo que ella tiene como meta estudiar derecho el año que viene. Dijo que gracias a la herrería pagará sus estudios.