La mujer cobró justicia por el intento de feminicidio, pero lastimosamente desde una silla de ruedas. El agresor no pudo negar todas las pruebas en su contra.
El hombre le puso de rodillas a la mujer frente a ella y le apuntó con el arma en la cabeza mientras los niños de 9 y 11 le pedían socorro para que no la mate.