Después de 10 días de la tragedia, al fin la Municipalidad de Luque puso un vallado de seguridad de hierro y metal sobre el puente de las calles Mariscal López y Curupayty, en donde fueron arrastradas y murieron en el arroyo San Juan, madre e hija.
Juan Darío Cáceres fue contratado como metalúrgico para la construcción de la baranda de seguridad y así evitar más tragedias en la zona, detrás del Club Balderrama.
Adrián González, director de Obras de la Municipalidad de Luque, estuvo verificando, ayer domingo, los trabajos de instalación y pintura del vallado.
La base es chapa de un cuarto y tendrían unos seis milímetros y medio con seis tarugos de fijación de acero de alta sujeción con hormigón, explicaron.
Estas barandas verticales son de doble T de cuatro pulgadas y que los caños colocados son de 100x50x2 milímetros de grosor, aseguran que que el vallado “será muy resistente”.
La Municipalidad también instaló cartel de señalización para alertar a los conductores y peatones sobre el peligro del raudal en días de lluvias.
El raudal que arrastró y mató a madre e hija sucedió el pasado 24 de abril.
Luego del fatal raudal, donde fallecieron la señora Sara Benítez y su hija Nilda Barrios, el fiscal Jorge Escobar, imputó al intendente de Luque Carlos Echeverría (ANR) por por los hechos punibles de intervenciones peligrosas en el tránsito terrestre y homicidio culposo y al agente de Lince Brahian Gómez, conductor del vehículo arrastrado por el raudal, por exposición al peligro y y homicidio culposo por carecer de licencia de conducir.