El arquero paraguayo del Botafogo de Brasil, Roberto Gatito Fernández, se vistió de ídolo con un noble gesto hacia un niño quien había sido brutalmente agredido en Río de Janeiro.
El pequeño Diego, de 11 añitos, había sido golpeado salvajemente por un desalmado, mientras vendía rifas, con la intención de comprarse botines para ir a una prueba de fútbol
Gatito se enteró del hecho y ni pestañeó para meter su cuchara, dándole una grata sorpresa a Dieguito, invitándole a la instalaciones del Fogão, darle unos obsequios y de yapa inscribirle a una prueba de práctica en el club.
“Vi el reportaje de lo que aconteció con Diego y fue muy fuerte para mí, me conmovió mucho. Hablé con mi asesoría para estar en contacto, para conocer a Diego, para darle un poco de fuerzas”, expresó el exarquero de Cerro Porteño a la cadena Globo del vecino país.
Lo que sí, el compatriota sacó a relucir su don de gente, ganándose el aplauso de propios y extraños.
“Una situación que nadie puede imaginar como el que aconteció. La idea fue que sea un momento agradable para él, ayudarlo también a que pueda seguir persiguiendo el sueño que tiene, que es llegar a Primera. Quiere ser un jugador de fútbol y así, cuando yo también soñaba con ser jugador, me tocó pasar por muchas cosas”, remató el portero guaraní.