¡Escándalo! La esposa joven, Nancy Quintana (19 años), quien generó revuelo tras su polémica boda con el millonario Rodolfo Max Friedmann (64 años), posó en bikini este fin de semana demostrando que está a full disfrutando de su soltería.
EXTRA contactó con ella para saber a qué se debe que utiliza dicha frase y de entrada dejó en claro que es una mujer libre, sin compromiso.
Esta fue la contundente frase que lanzó la entrevistada dejando en dudas qué fue lo que realmente ocurrió para que ella esté tan segura de que no tiene nada que la una a Rodolfo. ¿La boda fue falsa?
Sobre ese punto señaló que muy pronto su abogado le va a dar la autorización para dar todos los detalles de cómo se dieron las cosas.
No le tiene miedo
Nancy dejó en claro que ella no le guarda rencor a su expareja y que todo lo que dijo de ella tal vez fue un arranque de histeria que tuvo en su momento, como por ejemplo que ella no le daba mimos.
“La verdad que no me molestó lo que él dijo de mí, para nada porque soy una mujer muy segura de mí misma para que eso me afecte. Lo dijo porque está frustrado y se entiende, ahora está solo otra vez. Obviamente tengo que aclarar que todo lo que dijo, los detalles de la convivencia, son puras mentiras”, puntualizó
La venganza
Si pensaron que la esposa joven se iba a quedar de brazos cruzados, están equivocados, ella argumentó que se está asesorando con sus abogados para enfrentar al millonario y contó que está muy segura de que va a salir victoriosa.
Esto recordando que ella alega haber sufrido maltrato físico que luego era compensado con horas en la peluquería o compras de ropas, sumando a esto que supuestamente su familia fue amenazada si es que ella no retornaba a la mansión.
“Le voy a enfrentar. Tampoco se va a quedar así nomás, pero todo a su debido tiempo. No le tengo miedo, ni un poquitito”, dijo.
Según Nancy la realidad sobre todo lo que pasó es sumamente grave y que en estos momentos está tomándose un tiempo porque siente que su intimidad fue sumamente manoseada por chismosos quienes quisieron tratarla como una payasa.