
Clari Arias dejó a todos sus oyentes sorprendidos e impactados tras confesar en su programa de radio que cuando tenía 9 años un sacerdote de nacionalidad española lo manoseó en el interior de su vehículo, cuando el comunicador servía como monaguillo a la iglesia San Gerardo del barrio Roberto. L. Petit. El periodista recordó el triste episodio en su vida para animar a más personas que sufrieron este flagelo a denunciar a los sacerdotes y otras personas que abusan de los niños.
Tras la inesperada confesión, Clari tuvo un contacto telefónico con Milva Gauto y se desarrolló una emotiva entrevista en el programa “Imperio Urbano”, emitido por la 106.9 FM.
La conductora de radio expresó su admiración hacia Clari por las agallas que tuvo para contar lo que le ocurrió en su niñez. “Negro, te amo, ojalá la gente se anime a denunciar y eso lo que la gente no entiende. Sabés que solamente un tipo que tiene los huevos bien puestos, asume, exterioriza y expresa lo que le pasó, porque se la banca, porque ya está todo bien, porque dijiste basta de silencio”, señaló Milva con lágrimas en los ojos.
Enojo contra la Iglesia
Arias volvió a contar a Milva con detalles lo que ocurrió en el pasado, relató que el religioso le manoseó la entrepierna y que su amigo Juan, el otro monaguillo, lo salvó, enfrentándose al religioso. “Nunca volví a ver a Juan, su acto de valentía me salvó de tener una vida con mayores traumas”, señaló.
Clari no ocultó su enojo en contra de la Iglesia católica que hasta hoy en día maneja con mucho hermetismo los abusos contra niños cometidos por los sacerdotes. “La Iglesia no debería tener protocolos para esto, debería acompañar a la víctima hasta la Fiscalía, deberían arropar y proteger a los denunciantes y sin embargo ellos solo separan al sacerdote. La Iglesia es la que debería hacer la denuncia”, señaló molesto.
Clari destacó que no siente ningún tipo de arrepentimiento por confesar el manoseo que recibió de parte del sacerdote y no quiere que los pederastas queden impunes. “No dejen que estos degenerados se salgan con la suya. Yo no estoy avergonzado, la Iglesia debería estarlo”, añadió.