La senadora Celeste Amarilla lanzó duras críticas contra Enrique Vargas Peña, quien cuestionó la condena de 10 años de cárcel que recibió Carlos Granada por coacción, acoso sexual, coacción sexual y violación contra jóvenes periodistas.
“¡Pelotudo como siempre! Estos hechos son justamente donde se admite el testimonio porque normalmente no hay pruebas ni testigos. Y dejá ya de joder con el put* globalismo! Misógino, resentido, carente, estúpido, envidioso, amargado y soberbio”, lanzó.
La congresista liberal defendió a las víctimas y dijo que su correlí comunicador no tiene idea de todo lo que pasaron las periodistas.
“¿Vos creés que una mujer va a exponer públicamente su humillación, su vergüenza, si no fuera cierto? Al contrario, estoy segura de que hay muchas más que se callaron. Irrespetuoso, no tenés ni idea de lo que es ser mujer. Andá, usá tu mano derecha o si querés la izquierda”, remató.
Cuestionó la evidencia
Enrique lanzó que supuestamente no había pruebas contra Carlos.
“Ruego que alguien de buena voluntad me explique, por favor, en base a qué evidencia condenaron a Carlos Granada. Porque los meros testimonios no son evidencia. ¿O fue un proceso inquisitorial para complacer las necesidades publicitarias del femiglobalismo? Espero con ansiedad”, lanzó, y recibió duras críticas.
La abogada Alejandra Peralta Merlo también le respondió a Vargas, explicando como se trató el caso de Granada.
“El acoso es un hecho silencioso, imperceptible, donde ni las propias mujeres podemos reconocer el umbral hasta que la dignidad nos dice que es intolerable”, indicó.
La profesional del Derecho se tomó el tiempo para “educar” al periodista.
“El trabajo de valoración de pruebas debe hacerse con perspectiva de género. Eso no significa que se reblandezca el sistema de pruebas, sino que se comprenda el contexto. Al igual que los hechos de tortura”, agregó.
A la cacerolita
El periodista Carlos Granada, exgerente de Canal 9, fue trasladado ayer hasta la penitenciaría de Tacumbú tras ser hallado culpable y ligar una condena de 10 años de cárcel.
El comunicador se convirtió en el interno número 2.211.