Siete segundos duró el perreo. Al comenzar, en la parte de arriba del short se observa el mango del arma.
Colocada como para que se vaya deslizando hacia abajo, la pistola con el movimiento de cola de la bailarina cae. Es un nuevo “desafío”.
Su compañera, atenta, la ayuda a que no acabe en el piso, pero la propia pistolera acaba el baile tomando su arma.
El peligroso baile fue a orillas del río Paraguay, en la zona conocida como Puerto Mariscal en Ypané, donde cada fin de semana el bailongo incluye una dosis de riesgo, denunció ante la Junta Municipal el concejal colo’o Eduardo Domínguez.
“Asisten cientos de automovilistas con sus equipos de sonido y dejan sobre todo un tremendo basural. La chica no era la única armada, había otra con un cuchillo en la cintura”, refirió en contacto con EXTRA.
Mencionó que, aparentemente, el baile es una especie de desafío que pone en riesgo no solo su propia vida, sino de las personas que asisten al sitio.
“Van como 500 a 600 autos y hay un descontrol total. De todo Central a Ypané vienen. Es famosa la actividad desde hace meses. Lo peor es que hasta menores de edad ingresan y no sabemos qué cosas más están ocurriendo ahí”, lamentó.
Explicó que los lugareños están aterrados, pero no denuncian formalmente por temor a represalias. Añadió que si bien el predio es municipal, los “organizadores” cobran entrada a los asistentes.
El edil solicitó a sus colegas la clausura del lugar y fue aceptada por unanimidad. Ahora el tema está en manos del intendente Horacio Ortiz.