Las arribadas eran una tortura para Jorge Aníbal López (52), porque el esfuerzo era el doble con su silla de ruedas, por lo que esta situación lo llevó a inventar una eléctrica, adaptándola a un monopatín.
Hace 13 años, el hombre, oriundo del barrio Fátima de Encarnación, quedó con problemas de movilidad, tras un accidente en moto. Su vida cambió radicalmente debido a que, aparte de ya no poder caminar, su esposa le dejó.
Pero don Jorge no se dio por vencido y, lejos de quejarse, aprendió un nuevo oficio y hoy tiene su propio emprendimiento.
Nueva profesión
“Yo antes era mecánico y luego del accidente ya no pude trabajar, cuando eso había un curso en el SNPP para personas con discapacidad sobre termos forrados y me fui. Ahora tengo mi local en la feria Municipal La Placita, donde también hago sublimados”, contó a EXTRA.
Todos los días viajaba más de tres kilómetros en su silla de ruedas y le era muy cansador, por lo que quiso comprar un monopatín para silla de ruedas, pero el precio le hizo desistir. “Costaba G. 30.000.000 en Argentina, y como no tengo plata, comencé a ver en Facebook cómo se podía hacer uno más económico, y como yo era mecánico pensé que el monopatín común iba a servir y compré por G. 2.000.000”, relató.
Más rápido
Comentó su idea a un herrero, quien le ayudó a soldar un soporte para poder encastrar la silla por la patineta y sujetarla con unos tornillos.
“Tengo hace tres meses y la verdad que me facilita mucho. Antes tardaba 45 minutos en llegar, ahora en 25 ya llego”, mencionó.
Lo respetan
Los conductores lo respetan mucho cuando va por la ruta y eso le hace sentir bien. “Lastimosamente acá no hay colectivos para llevar a personas con silla de ruedas, y las veredas están ocupadas, en mal estado o no tienen rampas, por lo que uno debe ir por la ruta”, explicó.