La pieza estaba oscura. Eva Rivarola despertó al escuchar que, con susurros, alguien pronunciaba su nombre. Era su octavo día en aquella sala de internación del Hospital Ingavi de IPS, donde ella desde hace ocho años trabaja como obstetra. Ese día no solo le faltaba poco para recuperarse del coronavirus, también era su cumpleaños.
Era la medianoche del 21 de abril y ella no entendía de dónde provenía la voz. “El 20 tomé mi medicación. Cuando llegó la medianoche escuché mi nombre... ‘Eva’, me decía alguien, ‘Eva...’. Me desperté y miré de aquí para allá, pero no vi a nadie. Pensé que llegué a la puerta del cielo y que ya estaba formando la fila”, relató a EXTRA.
Cumplía ese día 54 años y sus compañeros no iban a dejar pasar desapercibido un día tan importante: le habían preparado una sorpresa. “Abro la cortina y le veo a mis compañeros en el pasillo detrás de la puerta, vinieron a cantarme cumpleaños feliz. Me alegré tanto... me trajeron un cartel gigante, me hicieron un video, alcé en el Facebook”, contó Eva, emocionada.
Entrada la mañana recibió la visita de otro grupo de compañeros de guardia y el director Ricardo Oviedo, que le volvieron a cantar.
Cariño familiar
Su familia también le dio una hermosa sorpresa por el cumple
“Hicieron una llamada grupal con una sobrina que está en Madrid, otra sobrina que está acá y mi hija. Era una cosa que se ponían todos de colores, se maquillaron, me cantaron, me contaron cosas para que me ría. Mostraban fotos, era una cosa para no dejar de reír”, recordó. Pero el mejor regalo lo obtuvo al día siguiente, cuando recibió el alta hospitalaria.
PREOCUPADA. “Pensé en mi mamá, en quién le iba a cuidar si me pasaba algo. Soy la menor y está a mi cargo”
Sigue en aislamiento
A Eva todavía le tocará esperar para ver a su familia. Mientras aguarda el resultado del último análisis está aislada en un hotel que le consiguió el Ministerio de Salud. “Qué más quisiera verle a mamá, pero su salud es primero”, afirmó la paciente.
Señaló que está segura de que no se pescó el virus en Ingavi. “Acá tenemos un sistema muy estricto”, alegó. Detalló que durante sus idas y vueltas al trabajo, al supermercado y a casa, pasaba por unos dúplex, donde supo que vivía uno de los fallecidos por COVID-19 y estima que ahí se contagió. “Después nomás yo supe que toditos los del dúplex dieron positivo”, expresó Eva.
Los “astronautas”
Empezó el 5 de abril, contó la profesional
Duros días soportó Eva durante la enfermedad, cuyos síntomas iniciaron el 5 de abril. Ella relató que ese día tuvo fiebre de 38.5. Justo coincidió que esa fecha le robaron la bici de su casa y ella estaba luego medio bajoneada
Luego, la tos apenas le dejaba descansar. Para entonces, ella ya hacía aislamiento domiciliario pues su mamá tiene 80 años. A esto se le sumó un cuadro de vómitos y diarrea, que la obligaron a internarse el 13 de abril, a dos días de hacerse la prueba. “Estaban dos compañeros vestidos como astronautas. Quería hablarles a ellos y parecía que me iba por un tubo oscuro así hasta el fondo, no tenía fuerzas”, afirmó.
Se hizo la prueba en Costanera
Lamentó que cuando acudió, nadie fue a que le saquen muestras.
Eva contó que el 11 de abril se fue a la Costanera de Asunción para que le tomen las muestras para el análisis por coronavirus y lamentó que estuviera literalmente vacío el sitio. “Sentí tanto porque cuando me fui el sábado a la Costanera con un sol radiante hermoso; era un bellísimo día, no había un alma en pena haciéndose el estudio. Y me pregunté cómo no podemos aprovechar para hacernos el estudio si nos brindan todo”, relató la profesional médica.
3 TESTEOS. Eva contó que el primero se realizó el 11 de abril. El segundo le tomaron el 19 y el miércoles el tercero, cuando salió de alta. El segundo salió negativo y se espera el último para confirmar su recuperación.
Dijo que tardó prácticamente nada en volver a su casa a guardar nuevamente reposo y aislamiento. Mencionó que le costó mucho sobrellevar los últimos días considerando que es una persona súper activa. Contó que, además de su profesión, antes de que empiece la pandemia trabajaba también como Uber. Incluso, hace manualidades que vende a sus compañeros. Además, fuera de su casa vende los fines de semana plantas y ropas.