“Compramos tu auto hoy”, reza un pasacalles en la zona del Jardín Botánico de Asunción y en otras zonas.
Es el anuncio de Segundo Santos, quien se dedica a la compra y venta de vehículos hace 11 años.
Mencionó que la cantidad de llamadas de personas interesadas en vender su medio de transporte “aumentó abismalmente”.
Sobre el motivo, indicó que “por la suba de combustible más sería, y en parte por la recesión que hubo en estos dos años de pandemia”.
Muchos lo hacen para “apagar incendios”, o sea, por verse apretados con deudas.
Hoy día atiende entre 30 y 40 consultas a la semana. De ese número, un promedio de entre 7 y 8 concretan la venta.
Se trata, en su mayoría, de dueños de autos “chileré”.
Ricardo Elizalde, vendedor de autos de San Lorenzo, considera que entre compra y venta hay un 50 y 50.
Cada semana a él le ofrecen alrededor de 10 vehículos de todas las clases, desde autitos hasta camionetazas. De todo lo que le muestran, termina comprando 2 o 3.
Los demás no los adquiere por las condiciones del rodado, por el precio o por ser de alguna marca que no tenga mucha salida.
Lo que se suele pagar por vehículos para reventa es el 80% del valor en el mercado, indicó el comerciante.
Más baratos
Hace dos o tres años, Santos tenía en venta vehículos con precios desde 15 millones de guaraníes, pero ahora los ofrece a partir de 12 millones.
Por otro lado, mencionó que gran parte de los que compran vehículos en la actualidad lo hacen con intención de hacerlos trabajar mediante plataformas de viajes como Bolt o Uber.
Elizalde coincidió en que los precios están bajando notoriamente tras la suba importante que hubo a finales del año pasado.
“Era prácticamente incomprable (para los clientes)”, indicó.
Un auto “chileré” que valía 20 palos subió a 25 en esos meses, pero ahora está volviendo a su precio anterior.
Terrenos
En el sector inmobiliario también se notan los efectos de la crisis desde que inició la pandemia.
“Hubo bastantes atrasos en las cuotas de los clientes”, informó Lucía Vega, de Irún Inmobiliaria. Añadió que se tuvo más flexibilidad con ellos.
Sobre las decisiones más comunes que tomaron aquellas personas, indicó: “Más se elige hacer acuerdos, que sería ver la forma de pagar; o renunciar a sus terrenos”.
En último lugar están los que venden el lote a otra persona para no perder lo que ya pagaron.
Con respecto a los terrenos recuperados, indicó que “se venden súper rápido”.