Belén Meza dice que “vive con resaca” y con dolor de cabeza. Duerme (si logra) entre tres a cuatro horas, por culpa de la polución sonora de cuatro locales nocturnos en su barrio San Blas de San Lorenzo.
“Mi mamá toma tranquilizantes. Los nervios de no dormir empeoran. Tengo un hermano que es autista y empeoró su situación porque no descansa bien. Yo misma tengo bajo rendimiento en lo laboral. Esto carcome”, dijo preocupada a EXTRA.
Meza es una de las tantas vecinas que ya denunció en varias ocasiones a La Pachanga, Puerto Chopp, Territorio Chopp y En lo de Pipe, ubicados sobre la avenida Defensores del Chaco y Fortín Arce, que fueron habilitados entre el 2017 y el año pasado.
“Esto es de lunes a lunes. Uno de los locales abre hasta la 01:00, los demás tenemos que aguantarles hasta las 04:00 o las 05:00. Estacionan frente a los garages ajenos, se pelean. Tierra de nadie es. Ni la policía viene”, se quejó.
Los vecinos se unieron y piden al intendente Alcibiades Quiñónez que aclare por qué nunca se tuvo en cuenta: la adecuación para tránsito cómodo de peatones y vehículos, la infraestructura para aislar el sonido (ya que son locales abiertos), el ordenamiento del estacionamiento, el alumbrado público y la seguridad.
Los vecinos alegan que “se violan impunemente las leyes que protegen a la ciudadanía”, según un comunicado que realizaron el fin de semana.
Actualmente, la Policía Nacional ya cuenta con la disposición legal para tomar intervención en casos de denuncias por polución sonora, hecho que aumenta principalmente en esta temporada de verano. Los intervinientes, según la reglamentación, podrán acompañar a agentes de Tránsito en casos de necesidad para la aplicación de las sanciones como la incautación de vehículos, sin necesidad de comprobar los decibeles. Sobre todo si se trata de autoparlantes.
Intentamos contactarnos con el director de la PMT, Aldo Ricardo, pero al cierre de esta edición no contestó las llamadas.