Don Feliciano Morales es un hombre de 65 años. Hace ocho años quedó sordo y ya no puede hablar, luego de recibir un balazo en la garganta tras un asalto trabajando como taxista. Desde entonces, un cuaderno y un bolígrafo son su medio de comunicación.
El señor perdió su parada y le preocupa perder su casa porque no puede pagar su impuesto. El miércoles, estuvo a punto de tirarse de lo alto de la Fiscalía General, en Asunción. En ese momento justo se encontraba el presi Marito, quien logró convencerlo para que no lo hiciera.
En su humilde vivienda, en el barrio Santa María de Asunción, vive con su esposa y cinco nietos. Junto a un auto viejo con ruedas desinfladas y basura acumulada, escribe: “El presidente Marito me prometió ayuda. Le dije que mi papá fue excombatiente de la Guerra del Chaco y si podía cobrar su pensión. El me dijo que por mi edad y discapacidad puedo tener una pensión también”.
Morales indicó tener problemas de presión alta y su esposa debe operarse del riñón. Tiene seis hijos, pero todos también muy humildes. Uno de ellos es vendedor de productos de limpieza y muy poco puede ayudar.
Elevaron informe
Sobre el caso, el secretario de Gabinete de la Fiscalía, Ariel Ojeda, explicó a EXTRA que se le realizó un acompañamiento psicológico y un estudio socioeconómico del abuelo.
“Un primer informe que recibimos de los trabajadores sociales es que está en una situación muy vulnerable e incluso insalubre”, dijo.
Por su parte, Adán Ledezma, de Presidencia, explicó que hoy se podría concretar la evaluación psicológica al prójimo.
“Queremos ser muy cuidadosos con este tipo de casos, porque se trata de una persona que ya tiene antecedentes en haber intentado autoeliminarse. También podría estar utilizando esto solo para solucionar sus problemas económicos”, expresó.
Así también, refirió que “puede ser alguien con mucha dificultades de salud que le impide trabajar para solucionar sus genuinos dramas”.
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