12 dic. 2024

Pidió que reparen su aire a cambio de un tatuaje

la idea es ahorrar y que ambas partes salgan beneficiadas, dijo. Haciendo camba, consiguió ollas, cubiertos, bici, tele, etc.

Se acerca fin de año y muchos por ahorrar algunos guaraníes eligen ofrecer sus servicios a cambio de otro.

Edu Gómez (30) posteó en sus redes que buscaba algún técnico de aire que quiera cambiar su trabajo por un tatuaje.

“Ese mismo día me escribieron varios, pero quedé con un muchacho que estaba cerca. Electricista lo que ya no conseguí, ya que borré mi publicación porque ya comentaban macanadas”, dijo a EXTRA.

Así armó su cocina

Eduardo es tatuador desde hace 6 años y su local está sobre Teniente Fariña esquina Iturbe, Asunción, pero también es vale en otras cosas.

“A mí pues me gusta mucho la cocina y ya llegué a cambiar por ollas y cubiertos”, explicó.

Pero eso no es todo, el joven ya cambió su trabajo por una tele, bici, equipo de sonido y hasta adornos para su local.

“La intención de publicar este tipo de canje es de no gastar dinero cuando es de cambio por servicio, así los dos salimos beneficiados”, expresó.

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Pelea de pareja

Edu también tiene varias anécdotas con sus cambiadores.

En una ocasión presenció una pelea de parej cuando se encontraba terminando un tatuaje.

“Ella le mostraba memes a su novio y de repente le llegó un mensaje de alguien y empezó la pelea. Al final el tipo le deja sola a la mina”, relató entre risas.

Para cualquier consulta o si quieren hacer camba de algo, lo pueden contactar al (0982) 987 - 419.

Una ofreció sexo por un dibujo

“Una vez vino una chica que quería demasiado para su tatuaje pero quería pagar con sexo. Le recomendé que no, igual se hizo uno chico pero pagó por uno grande y nunca más vino”, contó el joven entre risas.

Incluso, una habitué de su local se pone el nombre de todos sus chulis. “Tipo el amarre más o menos hace. Hasta hora ya escribí como 6 nombres y cubrí todito. Algunos si que repetí”, remató Edu.“Una vez vino una chica que quería demasiado para su tatuaje pero quería pagar con sexo. Le recomendé que no, igual se hizo uno chico pero pagó por uno grande y nunca más vino”, contó el joven entre risas.

Incluso, una habitué de su local se pone el nombre de todos sus chulis. “Tipo el amarre más o menos hace. Hasta hora ya escribí como 6 nombres y cubrí todito. Algunos si que repetí”, remató Edu.