El cuerpo sin vida de Pedro Cañete Burgos fue encontrado ayer, alrededor de las 8:00, en un patio baldío del barrio Empalado Ári de Caaguazú.
El hombre de 68 años tenía una herida enorme en la cabeza.
Por la descripción de la fiscala Norma Solís, se entiende que él recibió un golpe descomunal.
Alrededor de la víctima no había manchas de sangre. Lo que se encontró fue un cuchillo pequeño.
Se presume que el asesinato fue en otro lugar y que después fueron a dejar el cuerpo en ese predio.
El móvil del crimen se desconocía hasta ayer, pero los policías investigadores apuntaron sus primeras y -hasta ahora únicas- sospechas hacia Salvadora B. B., de 47 años, pareja de Cañete Burgos.
La agente del Ministerio Público ordenó su detención en el transcurso del Viernes Santo, y fue llevada a la sede del Departamento de Investigación de Hechos Punibles de Caaguazú.
Sin embargo, al cierre de nuestra edición, informó que levantó la orden y la mujer quedó libre.
Sin elementos
La fiscala Norma Solís dijo a EXTRA que la señora no fue desvinculada de la investigación, pero que hasta ahora no había elementos suficientes para tenerla apresada.
“No existen testigos que presenciaron el hecho y que le involucren a ella”, declaró.
También refirió que, hablando con la mujer, pudo notar que padece algún trastorno mental y pedirá que le hagan un estudio psicológico.
Como parte de las diligencias, la envió al centro de salud a que le hagan la inspección médica, para saber si forcejeó con alguien o si presentaba lesiones.
“Nada no tiene, ni un solo hematoma (moretón) y ella es una persona que está enferma, tipo renga está”, indicó.
Por sus características físicas, los investigadores no creen que haya podido trasladar el cuerpo de su pareja. Al menos sola, no.
Cuando se le preguntó a la sospechosa si estaba con la víctima o si la había visto, no dio respuestas coherentes, señaló la agente fiscal.
“Ella dice al principio que estaba con él, luego dijo: ‘hace tres días que no está’; luego se le preguntó otra vez, yo le hablé mucho y dijo cosas incoherentes, entonces tuve que levantarle (la orden de detención)”, relató.
Él vivía solo
El ahora fallecido vivía solo y se mantenía con su pensión de adultos mayores. Tenía una hermana a la que no veía hace cuestión de tres años.
Según el informe de la Comisaría 2° de Caaguazú, el cadáver fue entregado a un vecino nomás.
Y fueron los vecinos los que manifestaron que nunca le vieron a su pareja en la casa.
En la vivienda tampoco hay indicios de que alguien haya entrado a robar, ni nada por el estilo.
Lo que pudieron recabar la Policía y la Fiscalía es que el señor solía tomar bebidas alcohólicas frecuentemente.
Por el momento, no hay una hipótesis sobre el extraño crimen.