A los 6 años Florencia Escobar ya sabía lo que quería ser en la vida: una mecánica valé igual que su papá.
Ahora que tiene 17 está trabajando en el taller Open Car de Asunción, que es de un conocido de su familia y así, poco a poco, va construyendo su sueño.
La jovencita, que vive en Ñemby, contó a EXTRA que siempre le gustó el tema. A los 12 años ya se encontraba armando y desarmando motores, causando asombro en sus familiares y amigos.
Este año culmina el colegio y se va a preparar para ingresar a Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional de Asunción. “No me veo en otra carrera que no sea esa”, aseveró.
Es la menor de seis hermanos y la única que desarrolló esta pasión por los vehículos. “Empecé con papá trabajando en la parte mecánica pesada, después me fui especializando un poco más con él y fui queriendo aprender más sobre la inyección electrónica, en lo que ahora estoy trabajando”, relata.
Hace un mes que trabaja a tiempo completo en el taller de Rogelio Benegas y siente que confían mucho en ella.
“El primer día mi jefe ya me hizo desarmar un Mercedes Benz, que nunca hice, pero no es difícil si a vos te gusta”, contó.
Las doñas, felices
Florencia no pasa desapercibida para ningún cliente que llega al taller, pues es la única chica ahí.
A ella también le pasa lo que a otras mujeres que eligen rubros históricamente “masculinos”. Algunos hombres machistas tratan de descalificarla.
“Dicen que reparar autos no es para mujeres, o ‘andá limpiá tu casa’, y esos comentarios machistas molestan también. Pero si le vas a hacer caso a eso nunca vas a cumplir tus sueños”, expresó.
Por otra parte, cuenta que las doñas se sienten a gusto con su presencia ahí. “Yo les explico todo paso por paso a mis clientas, les digo qué es el problema, y trabajo luego enfrente de ellas para que no haya dudas. Mi jefe me pide que haga así, que les muestre lo que sale en el escáner y todo eso. Se van acostumbrando y a mí nomás ya me hablan”, refiere.
La joven anima a todas las chicas a hacer aquello que aman.