Zoe es una perrita juguetona y cariñosa de Encarnación que fue abandonada al nacer, junto a sus tres hermanas. Cuando la rescató la Sociedad Protectora de Animales, pensó que sería difícil encontrar quien la adopte porque nació con una patita atrofiada, pero Larissa Ferreira la vio y decidió hacerla parte de su familia y ayer festejaron su primer cumple.
Larissa solía comprar sus anteriores mascotas, pero hace dos años le robaron su dogo argentino y decidió no tener mascotas por un buen tiempo. “Yo dije que ya no iba a comprar perros”, cuenta. Como su hijo estaba tan entusiasmado por volver a tener uno, pensó que ya era el momento de adoptar.
Vieron que en la página de la Sociedad Protectora de Animales (SPA) publicaron la foto de Zoe y pidieron por ella, pero le dijeron que otra persona ya la llevó. Sin embargo, esa familia devolvió a la perrita porque al final no iban a poder cuidarla. Es que Zoe puede hacer todo como cualquier otro perro, pero es mejor no dejarla sola mucho tiempo. Esa fue la segunda oportunidad para Larisa, su esposo y su hijo, y sin dudar volvieron a pedir la adopción, justo hace un año. “Les dije que ya quería tenerle ese mismo día y nos trajeron”, cuenta la mamá adoptiva.
“Ella salta, corre, se sube las escaleras, cuando era más chica se tiraba en un pelopincho, también viaja sin problema con nosotros”
Piden adoptar
Marifé Schuldhaus, de la SPA, dice que ahora tienen unos perros y gatos recién nacidos que cuidan, y que dentro de un mes o más van a estar disponibles. Los requisitos para llevarlos son tener un patio cerrado, castrarlos a los 5 meses, ponerles las vacunas necesarias y estar dispuestos a que la SPA les visite cada tanto o les pregunte cómo está el animalito.