“Él está muy arrepentido por lo que hizo”, dijo Clotilde Miewiediew sobre su marido Rafael Maldonado (22), preso por matar a un supuesto ladrón que entró en su vivienda.
Después de la desgracia ocurrida el pasado 3 de junio en el asentamiento Sagrada Familia de Ciudad del Este, ella y su bebé de un año y medio se fueron de la casa.
Desde entonces vio dos veces a su concubino. La última fue el lunes, cuando le informaron que iba a pasar a la Penitenciaría Regional de Ciudad del Este.
Quien no pudo visitarle aún es su mamá, doña Antonia Maldonado, porque la situación le puso muy mal, manifestó.
Rafael había dicho que el disparo salió sin querer cuando le pegó a José Augusto Chávez Ozuna (28) con la boca de un arma calibre 22.
Según su señora, el muchacho apodado “Tento’i” estaba en la pieza, a punto de llevar una consola Play Station, y al recibir un empujón del dueño de casa, amagó atacarle con machete.
Clotilde manifestó que no sabía de dónde su marido sacó el arma, porque no le comentó nada al respecto. “Se perdió ese mismo día, en un segundo se juntó mucha gente”, señaló. Lo mismo dijo sobre el machete que supuestamente tenía el ahora fallecido.
Pero la fiscala Carolina Rosa Gadea informó que solo había una rama junto al cadáver.
Dos versiones
Rafael y su pareja trabajaban recolectando y vendiendo chatarra en motocarro. La mujer manifestó que varias veces les robaron las cosas que juntaban, y señaló a José Augusto como el responsable: “Muchas veces ya nos entró y le perdonábamos todo”, refirió.
Por otro lado, la cuñada del finado dijo que hubo testigos de que el disparo fue a sangre fría y por la espalda, tras una discusión. “Es horrible lo que pasó”, lamentó.
Limpia Concepción Paniagua contó que su cuñado fue enviado al almacén y pasó por el patio trasero de Rafael, ya que era su socio.
“Mi cuñado sí era adicto, pero era un muchacho muy bueno” indicó. “Y el que le hizo eso es un adicto más nomás también”, alegó.