“Persevera y triunfarás”, dice el dicho y es exactamente lo que hizo Emilio Herrera. Apasionado por la oratoria y la enseñanza, el joven de 31 años empezó a forjar sus sueños.
Docente de profesión, Emilio sabía que podía hacer realidad otro de los sueños: ser la voz del estadio. “Siempre que me iba a los partidos me llamaba la atención la voz, ‘algún día será la mía la que escuchen’, dije y así lo hice”, contó a EXTRA.
El muchacho prosiguió sus objetivos y tras mucho insistir logró ser parte de una empresa que ofrece ese servicio tercerizado a los clubes.
“Procuré por más de un año y por tova’atã entré y me quedé. Además de ser orador público, soy profe de Lengua Guaraní, trabajo en un colegio de Ypacaraí y soy la única voz masculina”, dijo.
Además de estar en las canchas, es presentador del festival del Lago de Ypacaraí desde hace 8 años y del Ñandutí, hace 3. Viajó a Argentina para un evento y ya estuvo en Copa Paraguay, Sudamericana, Futsal, Libertadores, entre otros.
“Realmente es algo que me apasiona, una experiencia increíble, verle a los jugadores que te saluden, te conozcan, es genial. Más que un trabajo es ir a relajarme, es un pasatiempo”, explicó.
Para él, el oficio no es cualquier cosa ya que representa a las personas que están detrás de este deporte.
Detrás del fútbol
“Hay mucha gente que vive del fútbol y es bueno que reconozcan nuestros trabajos”, tiró. Emilio cubre hace más de un año los partidos en Para Uno y a veces es designado a reemplazar a otros que lo necesiten, cosa que sucedió con él hace poco.
“La vez pasada mi compañera fue a cubrirme en el partido de Olimpia contra Nacional porque justo ese día nació mi bebé de urgencia, en pleno partido”, recordó entre risas.
Pidió que los jóvenes no se conformen con lo que son, sino que deseen querer crecer y experimentar otras actividades. “Yo quise esto desde siempre y no paré hasta conseguir. Cuando quieran algo, busquen y encuentren”, concluyó.
Modo COVID
“Es muy diferente, estamos solos en preferencia. El partido se juega para nosotros, no es igual sin el público. Extrañás eso de que nombres a un jugador y se ovacione o que el equipo rival abuchee, los que hacemos la voz también extrañamos al público tanto como los jugadores”