Con la mano hinchada y amoretonada salió del quirófano María Antonia Ocampo, de 91 años, quien horas antes fue sometida a una cirugía del estómago pero quedó con una profunda tajadura en la mano derecha.
Ninguno de los doctores supo explicar por qué tenía aquel corte en la mano.
La paciente ingresó el 11 de diciembre al Instituto de Previsión Social (IPS) por un cuadro de neumonía y deshidratación
Al no aceptar alimentación vía oral, los doctores sugirieron a los familiares colocarle una sonda de alimentación a través de la piel y la pared estomacal llamada gastrostomía.
EXTRA habló con María Carrera, nieta de la afectada, quien mencionó que desde el principio recibió una pésima atención de las enfermeras y los doctores quienes le dijeron que ella sola se lastimó.
Sin embargo, algunos testigos alegaron que la incisión fue realizada en la habitación cuando la paciente estaba siendo llevada a la sala común.
Sin anestesia
Según mencionaron también, la herida de la mano fue suturada sin anestesia mientras la abue gritaba a causa del dolor.
Lo que más lamenta María es la manera en que fue tratada durante su estadía en el hospital y, alegó que cuando la abuela salió de la operación, su mano derecha estaba envuelta con una gasa y tuvo siete puntos, hecho que hizo dificultar la circulación de la sangre en la mano, que se puso negra y casi provocó una necrosis.
La mujer alegó que por fin ayer se presentó una doctora que se hizo cargo de la situación de su abuela quien recibió mejor atención médica.
Hablamos con Óscar Franco, director médico del IPS Central quien se excusó diciendo que no conoce todos los casos de los 1.600 pacientes y que debería informarse primero para dar las explicaciones pertinentes.
“De todos modos si es un caso de negligencia, ellos tienen el derecho de denunciar en la Fiscalía”, alegó el director.
En la madrugada de este lunes, la abuelita finalmente falleció.