14 dic. 2024

Abuela cumplió 101 años y pidió ir a trabajar al mercado de Paraguarí

La pandemia del COVID-19 ya no le permite ir a vender sus chipas y ka’i ladrillo.

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Ña Michi, es considerada la madrina del Mercado de Paraguarí. Con sus dos hijas, trabajó más de 60 años.

La abuela Eustaquia Páez, más conocida como ña Michi, cumplió ayer 101 años, lejos de su querido Mercado de Paraguarí, donde trabajó casi toda su vida.

Durante una semana ña Michi repitió: “Oguahêtama la che cumpleaño” (ya llega mi cumpleaños). Pero ayer se despertó triste y llorando. Recordó que, en 66 años, es el segundo cumpleaños que pasa lejos de su puestito, donde vendía chipas, ka’i ladrillo, miel, dulces y bananas.

“La vi llorar y también me puse mal. Me pidió que le lleve al mercado, pero le tuve que decir que no otra vez”, dijo su nieta Graciela Ibarra (50).

La pandemia “jubiló” a la abuela. Le cuesta entender por qué debe quedarse en su casa, si ella es una excelente vendedora.

“Ella está muy lúcida, tiene una excelente memoria y a pesar de su edad está sana. La pandemia le hizo mal, el año pasado entró en depresión y tuve que internarla”, indicó doña Graciela, quien vive con la abuela Michi.

Para que Eustaquia dejara de presionar con ir al mercado, su nieta le dijo: “Está prohibido. Si te llevo al trabajo, me van a meter presa”. La abuela quedó sorprendida, lo último que dijo al respecto fue: ¡Peichaite voi piko! (¡Así luego!)

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Fiesta en modo covid-19

Ña Michi recuperó el ánimo cuando Graciela le prometió que sus nietos y bisnietos pasarían a saludarla y compartirían unos bocaditos en la merienda.

“Ella todos los días, después de bañarse, se pone talco, perfume y se maquilla solita. Tiene un espejito que no tiene que perderse por nada del mundo. Ayer a las 05:00 ya estaba pintándose”, señaló la nieta.

También eligió qué ropa iba a vestir para recibir a sus invitados. Pidió que le alisten su pollera tableada y su blusa blanca. Durante la mañana decidió usar su remera azul, su color preferido, por la bandera del PLRA.

El puesto del mercado fue heredado por generaciones. Las dos hijas de Eustaquia, ya son adultas mayores y para cuidarlas del COVID, ahora las nietas Graciela y Alba están a cargo. “Ella es una luz, un ángel. Es un ejemplo de dedicación, trabajo y honestidad para todos”, expresó su fiel cuidadora.