11 dic. 2024

A emprendedora le robaron toda la lencería de su tienda

La afectada dijo que iba a cerrar, pero recibió tanto apoyo que decidió empezar de nuevo.

Evelyn Verón y la gente que trabaja con ella se prepararon con todo para volver a abrir la tienda de lencería en Asunción, tras la cuarentena.

La dueña de la marca Passionaria recargó las mercaderías el lunes, pero no contaba con que ladrones se llevarían el fruto de su esfuerzo.

El miércoles a eso de las 9:30, su amiga con quien comparte el local la llamó: “Decime que viniste a la tienda y llaveaste mal nomás la puerta, y dejaste la butaca afuera”, le dijo. Les invadió la desesperación al darse cuenta de que habían entrado a robar.

Faltaban unas 150 prendas, entre bombachas, conjuntos y pijamas, todas de diseño y confección propia. El perjuicio ronda los G. 15 millones.

También llevaron una plancha industrial y una máquina cortadora de tela.

Gracias a que les había ido bien con las ventas por Internet pudieron aguantar estos meses y nadie se quedó sin cobrar, ni la dueña del alquiler.

Aunque con este golpe, Evelyn creyó que le tocaba despedirse de su empresa, que daba ingresos a cinco familias.

“Yo dije ‘acá cierro’, porque tengo un problema muy grande de insumos, justamente por el tema del COVID-19”, comentó a EXTRA.

Sin embargo, recibió tanto apoyo de la gente, sus amigos y clientes, que ella está dispuesta a empezar de nuevo, con la ventaja de que tiene muchos seguidores, más de 24.000 en Instagram.

“Cuando yo decidí cerrar y ya había publicado todo esto, apareció todo mi equipo detrás de mí”, mencionó. Ahora deberá reorganizar todo.

Le dieron fuerzas: “Hay muchísima gente que se ofreció a ayudar, que regaló cosas para sortear, que quieren que se haga actividades”.

También le dijeron que reconocerían sus prendas y avisarían si las vieran ofertadas en las redes sociales.

Evelyn hizo la denuncia y los policías pidieron a los vecinos las grabaciones de sus cámaras de seguridad. También recogieron algunas huellas dactilares. Los desconocidos saltaron por la muralla y forzaron la puerta. Adentro revolvieron todo y hasta tomaron una bebida guardada en la heladera.