Apoyó sus pequeñas manos por aquella cerca al costado de la cancha, sus lágrimas caían. Del otro lado, estaba su padre. Ese fue el momento en que Carlito sintió que su más preciado sueño podría truncarse. Sus ojos expresaban temor. El estar en las instalaciones de uno de los clubes más poderosos de Brasil pesaba mucho para aquel niño de 10 años.
Dejó su natal Hernandarias y viajó con una mochila de fe y una bolsa de esperanza, mientras que el talento lo llevaba en sus pies. Y así se presentó a las pruebas de Gremio luego de que le llegara la invitación desde la dirigencia. El dominar la pelota no fue problema: el rival a chulear era el idioma.
“Los primeros días fue complicado todo, él es el único extranjero y era muy difícil la comunicación entre ellos. Ese primer día estuvo tímido, llegamos y practicó. Se acerca a la reja y llorando me dice: ‘Papá, no puedo, no entiendo nada’”, contó a EXTRA don Carlos Giménez.
El ‘Fuerza, hijo, acá yo estoy’ fue suficiente para que el nene secara sus lágrimas, se armara de valor y corriera tras su meta.
El siguiente día, el mitã’i apeló al ingenio y se destacó. “Se quedaba mirando qué hacían los demás, les analizaba y así sabía qué era lo que tenía que hacer. Luego, hubo un amistoso, hizo un partidazo, anotó un gol y ganamos. ‘¡Es el paraguayo!’, decían todos”, recordó emocionado el señor, apodo con el que ya le bautizaron. La joven promesa se metió al bolsillo a los profes, a sus compas y a todo el público que quiere verlo en las filas del Tricolor Gaúcho. “Reza todo el día a Dios para que le ayude, pero si no se queda no importa, intentaremos las veces que haga falta”, agregó.
Tremenda trayectoria
Carlo juega desde los 3 años, es un excelente salonista y actualmente está en las semis en un torneo en Ciudad del Este con el San Lucas de su ciudad, además de participar de dos campeonatos en Brasil (Fut Foz de Foz de Iguazú) y el torneo de Futsal FIFA. A su corta edad, ya salió campeón en todas las categorías de Pte. Franco, jugó también en el Citadinho y varias competencias de fútbol de campo que, por cierto, conquistó. Suma como 12 trofeos de goleador, pero ahora quiere anotar el tanto más importante de su vida: un golazo sobre la barrera del idioma y poder brillar en el vecino país.
