Pese a las indirectas que se suelen tirar los titulares de Cerro y Olimpia, la relación entre los dos presidentes es muy buena. Para el verano, se esperan dos amistosos entre los tradicionales rivales, uno en Asunción y el otro en Buenos Aires. La herida todavía le duele en el alma y, cada vez que le hablan del tema, es como si le pusieran el dedo en la llaga. En conferencia de prensa, a Juan José Zapag le preguntaron qué piensa de las declaraciones de Marcos Trovato – presidente de Olimpia-, que había insinuado que en barrio Obrero comenzaron a “llorar” tarde culpando al arbitraje por el campeonato perdido.
El mandatario azulgrana fue tajante. “Nosotros no somos llorones, ellos lloraron”, en alusión al constante reclamo del titular franjeado en varios trayectos del torneo por el tema arbitraje. Trovato había pedido la unificación de criterios de los dirigentes de todos los clubes para trabajar con el tema referato.
A Zapag le parece correcto y cree que su par olimpista está en todo su derecho a opinar y defender el club que preside. “Para Trovato es un logro que Cerro no sea campeón, es un respiro para el tradicional rival”, dijo el azulgrana, con un tono de sarcasmo.
“El arbitraje paraguayo es mediocre” Juan José no cree en la incapacidad total ni en la perfección de una persona, pero está seguro de que se debe iniciar un cambio dentro del arbitraje en nuestro país.
“El arbitraje necesita una mano fuerte donde haya una respuesta sincera de la dirigencia”, acotó. Para JJ, el ciclo de los responsables del Departamento de Árbitros está terminado y, aunque no duda de la honestidad de Ubaldo Aquino, piensa que se debe consensuar por un cambio.
“Los clubes podemos exigir un cambio, el arbitraje necesita una mano fuerte donde haya una respuesta sincera de la dirigencia”, enfatizó.
Digna despedida
Parece inminente la salida de Julio Dos Santos del club de sus amores. Según el presidente, el “Negro” ya tiene acordado de palabra y nada más está esperando una oferta oficial del Vasco da Gama para concretar su ida a Brasil. “Si llega la oferta oficial, lo más probable es que se vaya, y si se va, despedirlo dignamente”, finalizó. Si lo de Brasil no prospera, Julio continuaría en barrio Obrero.