Tras su polémico paso desde Barrio Obrero al club que lo vio nacer, el hijo pródigo de Olimpia, Rodrigo Rojas, volvió a jugar ante el público de Cerro Porteño en la Catedral de la Pasión pero esta vez luciendo la franja negra.
Las silbatinas y abucheos de la hinchada azulgrana hacia el volante del Decano estaban dentro de su presupuesto por como imaginó que lo iban a recibir. “Estuve ahí después de mucho tiempo y con otra camiseta puesta. No hay mucho que decir, fue algo que lo esperaba, no hubo nada ofensivo”, comentó a la 970 AM el excapitán del Ciclón.
Por otro lado, Rodrigo alabó la fiesta que se vivió en la Capital del Sentimiento aceptando que el Rey jugó como pocas veces, intimidado por el ambiente hostil de un estadio. “Fue muy lindo el espectáculo, el entorno y la previa. Sentimos el peso de ser visitantes. Nuestra gente también estuvo espectacular y por suerte no hubo ningún acto de violencia”, resaltó el Caballo.
Linda experiencia
Otro referente de la O, Roque Santa Cruz, también habló de las sensaciones que le dejó al plantel franjeado el primer clásico disputado en la Nueva Olla.
“Fue una experiencia muy linda para todos, no es normal dentro de nuestro fútbol que el Olimpia sea netamente visitante, fue una experiencia buena. Es para aplaudir el ambiente que hubo, todo lo que pasó alrededor, la gente fue para disfrutar”, valoró el Babygol en contacto con la 800 AM.
Sin embargo, dentro del campo de juego los muchachos no estuvieron a la altura del clásico y el capitán del Decano se refirió a eso. “En lo deportivo fue un partido muy trabado. Ambos equipos se controlaron bastante bien. No hubo prácticamente jugadas claras y creo que el resultado fue justo”.