Sufrió una dolorosa caída en casa en la primera final, se incendió Para Uno el día después, en Brasil volvió a recibir otro golpazo de entrada en el partido de vuelta, pero sacó a relucir su estirpe copera y conquistó la tercera estrella continental.
Así de bravo era el plantel del Olimpia campeón de la Copa Libertadores de América 2002. “Nosotros éramos un equipo más guerrero, más de choque y de estirpe, pero cuando había que ir para adelante o remontar un resultado, lo conseguíamos”, recordó el exarquero Ricardo Tavarelli, gran responsable de la consagración.
El “Mono” se refirió a un tema especial, infaltable en los planteles de cualquier equipo deportivo: la musicalización. ¿Cuál era el ritmo que se imponía en el Expreso Decano en esa época?
Sabiendo los encargados de poner la música no es muy difícil adivinar el estilo. “Había de todo en cuanto a los gustos, pero se escuchaba mucha cachaca. Paco Esteche y Richard Báez eran los DJ.
Richard decía que su mejor momento era después de un partido: ganar, meter un gol y escuchar cachaca. Teníamos que adaptarnos a la cachaca, ya era un clásico, íbamos a la cancha y era un clásico que en el micro a full la cachaca. No había democracia en el vestuario con relación a eso”, tiró entre risas el exgolero, en Olimpia Media.