Esta vez no se pudo cumplir la famosa frase: “caballo que alcanza, gana”. El Ciclón se asomó muy temprano por Sajonia y ya perdió mucha fuerza cuando sonó el pitazo inicial. Ni siquiera un regalo del árbitro Éber Aquino despertó a Cerro Porteño de su profundo sueño. La propuesta de Gustavo Florentín, DT interino azulgrana, no surtió efecto y los cerristas nunca enviaron un mensaje de seguridad durante los 94 minutos.
Rompió la contención
El entrenador decidió romper la estrategia de poner a Alexis González con Fidencio Oviedo en la contención, que sirvió para ganar en fechas previas a la finalísima. Y el Ciclón sintió ese error de Florentín, porque con Rodrigo Rojas más en el centro, el mediocampo fue un terreno fértil para el tradicional rival.
Además, Ángel Martínez nunca pudo asentarse como volante por derecha y solo el técnico sabrá porqué lo mantuvo sobre el campo de juego hasta el final. También condicionaron las tempraneras amonestaciones de Mareco y Lugano. El Ciclón no pudo evitar que el tradicional rival levante la N° 40 frente a sus narices.