No hubo nadie que deseó más que se inicien las Eliminatorias Sudamericanas tanto como el jugador de la selección venezolana Wilker Ángel.
Es que el defensor del Ajmat Grozni de la Premier League de Rusia tenía dos motivaciones, la futbolística y principalmente la familiar. A comienzos del 2020 su lapa embarazada y su hija regresaron a Venezuela. El pelotero los iba a alcanzar en marzo para el nacimiento de su segunda niña, pero no contaba con la pandemia del coronavirus que le impidió estar presente en el parto.
Durante la cuarentena se tuvo que conformar con verlas por videollamadas y fotos.
Para colmo de males, en julio, Ángel se fracturó el codo y se sometió a una operación en EE. UU. sin tener de cerca el apoyo de sus seres queridos.
“No he podido conocer a mi hija, me he lesionado gravemente. He pensado en perder las esperanzas muchas veces, pero mi corazón se llena de fortaleza y fe”, expresó en aquella difícil situación.
Final feliz
El techaga’u del zaguero llegó a su fin el miércoles cuando en la concentración de la vinotinto, antes de viajar a Colombia, se produjo el esperado reencuentro con su primogénita Victoria, su esposa Fabiola y su beba Mía a la que alzó upa por primera vez.
El futbolista compartió en Instagram el video del emotivo momento que fue a puro abrazos, besos y muchas lágrimas después de 9 meses de estar distanciados.
“Solo Dios sabe lo duro que fue. Aunque fueron unos minutos que pude verlas, me llenaron el corazón y el alma. ¡Cómo las extrañé! Las amo”, escribió Wilker.