Argentina está viviendo momentos históricos con la consagración de su selección en Catar y la fiesta llegó a su punto máximo hoy con la llegada de los jugadores que trajeron la tercera Copa del Mundo a su país.
Luego de un larguísimo vuelo desde el Medio Oriente, el plantel albiceleste arribó hoy a Buenos Aires cerca de las 3 de la madrugada con el capitán Lionel Messi saliendo primero del avión con el preciado trofeo en sus manos. De entrada luego ya se armó una caravana del día desde el aeropuerto Ezeiza hasta el complejo de la AFA con una multitud de gente en las calles.
Los campeones del mundo descansaron por algunas horas, recargaron energías y volvieron a subirse al micro descapotable alrededor del mediodía para el recorrido purete. En el primer tramo todo iba bien, con los campeones disfrutando de la gente y tomando Fantuvi, Fernet, ere eréa para aplacar el calor. La idea era ir hasta el epicentro principal de la ciudad, el Obelisco, pero por la marea de personas que había, redireccionó el GPS y avisaron que iban a pasar por las famosas autopistas de 25 de mayo y 9 de Julio. El presidente de la AFA, Claudio Tapia, okairo por la medida.
Cuando el bus albiceleste se dirigía hacia el nuevo destino, los hinchas se empezaron a descontrolar y en uno de los cruces por debajo de un puente, dos tipos se lanzaron desde arriba, uno cayó dentro y el otro llegó tarde a la cita y se fue directo al asfalto entre la muchedumbre. Por fortuna, el hombre siguió respirando y fue atendido por paramédicos.
Tras ese peligroso desborde y para resguardar la integridad de los jugadores, el colectivo se desvió del trayecto marcado y los campeones se subieron a helicópteros para completar la vuelta olímpica desde el cielo de Buenos Aires, desde donde contemplaron a los aproximadamente 5.000.000 de compatriotas que los recibieron como héroes.