En el estadio Antonio Aranda de Ciudad del Este, Francisco Morel cumplió el sueño del pibe, debutando en la Primera de Nacional y de yapa encargándose de uno de los tantos con el que el Trico acabó imponiéndose por la cuenta 2-1 sobre General Caballero de Juan León Mallorquín.
Con un pique infernal, Morel ganó la línea de fondo, para meter un zapatazo cruzado, al palo más lejano del portero y así decretar el parcial 2-0.
Si de por sí luego el tanto fue especial, la dedicatoria fue la frutillita de la torta. Con lágrimas en los ojos, el pichiruchi apuntó a las gradas, hacia una de sus familiares que, besando la imágen de la Virgencita de Caacupé, agradeció el primer grito sagrado del mitã'i. La escena emociona al rollo en redes sociales.