La semifinal entre Guaraní y Guaireña dio que hablar principalmente sobre el arbitraje de Mario Díaz de Vivar, que en estos momentos es una especie de persona no grata para los villarriqueños.
Su polémica actuación en la Nueva Olla encendió las redes sociales, donde los hinchas del equipo perdedor, de otros clubes y hasta aurinegros, le bajaron la caña por considerar que se aplazó en decisiones que terminaron inclinando la balanza hacia el Indio.
Mientras tanto, el juez continuó su rutina normal cumpliendo con su rol de padre sin hacerse eco de la avalancha de críticas.
“No escuché nada de lo que se habló. Tengo trabajo y también estaba cambiando pañales, tengo una nena chiquita”, le bajó Díaz de Vivar.
Contradicciones
Respecto la jugada del penal que tanto reclamaron los albicelestes, el árbitro reveló que el propio José Montiel admitió que no existió y valoró su honestidad.
“Cuando iba a iniciar el segundo tiempo, él me dice: ‘Para nada fue penal, me queda largo el balón y yo me tiro’. Pocas veces un árbitro escucha eso de un jugador. Le reconozco ese gesto porque así como ellos se juegan muchas cosas, nosotros también. Se lo agradecí y le digo: ‘Fue lo mismo que yo vi, te quedó largo el balón y terminás tirándote’. ‘Sí, así fue, profe’, me dice”, contó en la 650.
Sin embargo, según la versión del volante, el juez entendió mal el sarcasmo.
“Le dije sí, me tiré, ya no cobraste el penal. ‘Eso es de caballeros, aceptar’, me dijo. Sí, sí nomás le digo. Es alargar al pedo”, aclaró en la 730 el futbolista de Guaireña.