De chiquito sus papás lo llevaron a vivir a Argentina. Allí, el pirayuense Hugo Molinas creció, se casó y formó su propia familia. Tuvo dos hijos con Reina: Macarena y Aarón Nicolás. El menor de los hermanos pronto mostró sus cualidades corriendo detrás de la pelota.
“Comenzó en el barrio desde los 5 años. Jugaba en el baby fútbol que es como el fútbol de salón de 5 jugadores”, contó Hugo a EXTRA, recordando los primeros pasos de su retoño. “Ahí lo vieron unos captadores de pequeños futbolistas y lo llevaron a las canchas de 11 con 6 años y medio aproximadamente”, agregó.
Estuvo en las inferiores de River y cuando cumplió 10, Boca le abrió las puertas. “Fue una alegría inmensa poder estar en el club de nuestros corazones”, reconoció Hugo.
Pasaba el tiempo y el anhelo de jugar en primera aumentaba tanto para el futbolista, como para su familia. El paraguayo también soñaba despierto e imaginaba el partido del debut mientras llevaba pasajeros a bordo de su taxi por todo Buenos Aires.
Días atrás aquel sueño se hizo realidad. “Nos mandó un mensaje que le habían confirmado que entraría desde el inicio contra Unión. Explotamos. Estaba en el taller donde llevo siempre el taxi. Y lo que me dio fue de abrazar al dueño del taller y al mecánico. Las caras de ellos dos no lo voy a olvidar porque no sabían qué pasaba, 10 minutos después les pude decir y gritar en la vereda que Aarón debutaba en Santa Fe”, rememoró.
Paciencia
Aarón jugó su primer partido en el torneo de ashá después de estar en el banco en 13 ocasiones. El pelotero de 20 años no desentonó, es más, enloqueció a los hinchas bosteros quienes pidieron por él y el DT Miguel Ángel Russo decidió convocarlo para enfrentar el partido de octavos de la Libertadores ante Mineiro.
“En esta última etapa juega más como volante de creación o como un enganche clásico. Tiene una mirada periférica envidiable, lo que lo hace ser un estratega”, describió orgulloso don Hugo.
El pelotero ya vistió la casaca del Albiceleste en la Sub 20 y, según el papá, la idea de defender a la Albirró nunca se discutió.
“A él todavía no se le pasó por la cabeza, esa es la realidad”, finalizó.