Por sus venas corre la sangre de un verdadero artista y, aunque admite que no lucra con sus obras, Víctor Sandoval hace magia con el pincel.
“Tengo 60 años y pinto prácticamente desde temprana edad. Soy de Uruguay, Paysandú, estoy aquí desde chico, estudié arte con varios artistas de allá y también acá en la escuela de bellas artes y en otros institutos. Estudié diseño digital en Bogotá también”, comentó a EXTRA.
Actualmente se desempeña como informático en una institución pública y aseguró que plasmar su ingenio en cuadros es tan solo un pasatiempo y ¡vaya pasatiempo! Días atrás , publicó en sus redes sociales dos cuadros con las imágenes de los capitanes del Olimpia: Roque Santa Cruz y Richard Ortiz. En un sapy’aite se viralizaron. “Eso empecé por insistencia de mi hija Sasha”, explicó.
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Había sido Sasha se desempeñaba como fotógrafa del Decano y tras hacerle la liga al papá, lo convenció para que parte del trabajo que hizo se inmortalizara en cuadros.
“Prácticamente son fotos exclusivas. No las tienen otros”, comentó Sandoval, quien a su vez explicó el momento de las tomas de ambas imágenes. “El de Roque fue durante la práctica durante la pretemporada que se hizo en Encarnación. El de Richard Ortiz fue durante un partido en Para Uno”, detalló Víctor.
El artista indicó además que el estilo utilizado es el impresionista y recibió muy buenas críticas de los entendidos en la materia. Las obras están a la venta y si bien Sandoval mencionó que el costo depende mucho del tamaño, considera que siempre son accesibles. “Se puede calcular por el uso de pintura si es manual, si es digital es otro el precio, más reducido”, indicó.
Es la primera vez que el pintor se atreve a retratar a peloteros. “Quiero aclarar que la única vez que utilicé fotos para hacer una pintura es en este caso, las otras son sacadas de mi imaginación. Los que posteé son los primeros, le seguirán otros, incluso de futbolistas internacionales”, avisó. Tampoco tiene problemas en retratar a deportistas de otros clubes, es solo cuestión de pedir el tipo de cuadros que uno quiere y Viktor Úgo, como también se lo conoce, los hace realidad.