Un poco más calvo, con la barba tupida y unos cuántos kilos menos, así reapareció uno de los feminicidas más crueles que integra la macabra lista de los “40”.
Adolfo Trotte, exlíder de la barra brava de Olimpia, grabó un video donde explicó la confusión que hubo con la muerte de su papá hace un mes atrás (creyeron que fue él quien falleció).
“Estoy tranquilo, siento paz, mucha paz que supera ampliamente todo entendimiento y proviene de Dios”, se lo escucha decir en la filmación, al hombre que fue condenado a 30 años de prisión más 10 de seguridad, por asesinar a sangre fría y esconder el cuerpo de su esposa Sonia Vera, en julio del 2011.
Trotte, considerado sanguinario y peligroso, según se demostró durante el juicio, se había bautizado en la iglesia evangélica en el 2016 y había pedido perdón en aquel entonces buscando enmendar el “error”.
Cambio
Actualmente cumple su condena en el Centro de Rehabilitación Social de Itapúa (Cereso) y el director de la penitenciaría, Sixto Peralta, contó que el hombre se entregó al cargo ministerial eclesiástico. “Él empezó a estudiar la biblia, estudia para ser pastor”, explicó a EXTRA.
Comentó además que desde hace tiempo quedó a cargo de la federación religiosa que trabaja con los presos de la institución. Peralta cree que Trotte ha tenido un cambio drástico de un tiempo a esta parte.
“Dentro de toda esa violencia y ese liderazgo que tenía siendo barra brava es como que se alejó de todo eso”, agregó. Cuando le preguntamos si todavía ve los partidos del Decano, el titular del Cereso indicó lo siguiente: “No sé si ve los partidos, pero te diría que ya ni usa la camiseta de Olimpia”, expresó.
Trotte lleva 10 años encerrado. Tras la condena fue a parar a Tacumbú, luego lo llevaron al Cereso, donde estuvo envuelto en un escándalo. En octubre del 2016 se descubrió que en plena cárcel vivía con su segunda esposa, María Concepción González, siendo uno de los beneficiados del entonces director Andrés Karajallo.
Trotte hasta hace ayuno en la penitenciaría
El exdirigente del Léka lleva una vida cómoda sumida en la espiritualidad dentro del Cereso, o... al menos eso es lo que comenta Peralta. Está recluido en el pabellón llamado “Rancho”. Cada tanto dirige el momento de la oración, de acuerdo a lo manifestado por el director del Centro.
“Se despierta, hace algunas alabanzas, lee la biblia, predica y después hace deportes. Hay días en que hace ayuno”, relató Sixto, quien añade que ahora va por “buen camino”.