El chico que había debutado a los 17 años con Sportivo Luqueño y prometía dar que hablar, Blas Armoa, se destapó finalmente esta temporada en el fútbol argentino donde se hizo de fama y nombre.
Antes de ir para ashá, su primera experiencia en el extranjero no fue tan buena porque estuvo condicionado por un accidente de trabajo. “En México, una lesión me dejó fuera de las canchas. En el entrenamiento un compañero se me cayó encima del tobillo y estuve 6 meses sin jugar. Tuve que rescindir con Juarez (mediados del 2021) y regresé a Paraguay a hacer mi recuperación”, contó a EXTRA.
Cuando parecía que iba a comenzar desde cero con el Kure en el Chiquero, Tigre le abrió las puertas en Argentina. “Recibí el llamado del entrenador que me dijo que quería contar conmigo. Le conté mi situación y me dijo que igual quería que vaya”, comentó.
En la primera parte del año empezó a jugar en la última parte del torneo y otra vez tropezó con una mala pata. “Al llegar ahí la adaptación al fútbol argentino me costó un montón es más físico, es muy intenso. Cuando empecé a agarrar ritmo tuve otra lesión después de que jugamos la final contra Boca, un desgarro”, señaló.
Un mes y medio le llevó nuevamente para ponerse a punto, no agachó la cabeza y se cobró revancha. De a poco fue sumando minutos desde la fecha 6 de la Superliga hasta que en la 19 empezó a estar de romance con el gol anotando 7 en seis partidos consecutivos. Blas terminó el campeonato siendo titular del Matador con un total de 8 conversiones en 16 cotejos. “Fue el mejor momento de mi carrera. Lo disfruté de la mejor manera con mi mamá, mi señora y mi hijo. El hincha de TIgre en cada partido siempre me demostraba mucho cariño y quería devolverle eso. Por suerte lo pude hacer en estos últimos tiempos”, mencionó.
Tras su brillante segundo semestre, el club argentino obviamente negoció con Luqueño para hacer uso de la opción de compra que en principio era de 600.000 dólares pero según medios del vecino país se amplió a 800.000 dólares porque quieren un porcentaje más elevado de su pase. “La prioridad siempre la tuvo Tigre después no hablé con ningún otro club”, aclaró.
Ilusión albirroja
En ese lapso en que Armoa explotó con su faceta goleadora se ilusionó con una convocatoria a la sele nacional. Aunque Guillermo Barros Schelotto no lo llamó, continuará batallando para cumplir ese sueño. “Uno siempre trata de dar mejor en su club para poder tener la canche en algún momento de jugar por su selección. Escuché rumores de que iba a ser para el microciclo pasado pero no fui llamado, así que seguiré trabajando para poder estar en los próximos amistosos”, manifestó.