El famoso delantero que festejaba sus goles haciendo volteretas hacia atrás, Juan Carlos Benítez, continúa ligado al fútbol a sus 47 años ya desde el rol de técnico formando nuevos talentos.
El oriundo de Cruce Liberación, está instalado hoy día en Ciudad del Este dirigiendo la Escuela de Fútbol Che la Reina desde hace dos años donde hace de puente para que futuras promesas lleguen a los clubes de la capital.
Soldadito, que surgió jugando fútbol en el cuartel para luego recalar en Olimpia, trata de inculcar por sobre todo la disciplina dentro y fuera de la cancha, así como también fortalecer el carácter de sus chicos. “El fútbol es exigente, tenes que estar bien mentalmente. La gente te grita, muchos se van a la cancha para desahogarse, te insultan, entonces yo acá le meto mucho esa psicología de presionarles, les reto para que el día de mañana ellos ya estén acostumbrados y superen esa presión del público”, comentó a Diario La Clave de Alto Paraná.
Algo que no tolera especialmente de los más grandecitos es que se preocupen por encontrar a su media naranja. “No podes tener una mujer los 15 años, no vas a llegar. Estoy convencido de que cuando uno juega fútbol se tiene que enamorar del fútbol, después de llegar a primera vas a elegir a la mujer que quieras. Podes tener novia pero te desconcentra, si te peleas con ella ya te quita la concentración en los partidos”, señaló.
Poder de convencimiento
Hablando de metodologías y formas de comunicar de entrenadores, al exdelantero de la Albirroja, le gustó y mucho cómo Gustavo Alfaro cambió el chip del plantel de la selección. “El señor vino le habló a los muchachos, le sabe entrar. Imaginate que se fue en la casa de Isidro Pitta, y él no era figura. Que un técnico de selección venga a tu casa y te diga que sos su mejor hombre, que vos le vas a hacer ganar partidos, por supuesto que el jugador se va a sentir bien, con ganas, energías, garra para entrar a morir por el técnico”, resaltó.