Derlis González, el joven volante del Basilea de Suiza, agarró la camiseta N°10, con la que una vez supieron brillar Julio César Romero, Salvador Cabañas, entre otros, y demostró que a más de su riqueza técnica, también tiene el coraje y la personalidad para convertirse en el nuevo referente de la Albirroja.
El delantero, pese a la presencia de tantos históricos guaraníes sobre el campo de juego, agarró la responsabilidad, emparejó las acciones en un momento candente y forzó la tanda de penales. Y como broche de oro, González se encargó de anotar el quinto penal y meter a Paraguay a las semifinales de la Copa América.
“Antes que nada muy contento. Ver a los compañeros con lágrimas en los ojos, no tiene precio. Creo que nadie confió en nosotros y demostramos que estamos más unidos que nunca”, declaró una de las grandes figuras de la fría noche en Concepción.
Un Albirroja sin límites
“Estábamos tranquilos, sabíamos que ellos temían de nosotros en esta instancia, por suerte se dio a favor nuestro. Y bueno, contento, a disfrutar y pensar en Argentina”, comentó Derlis después de tumbar a Jefferson y concretar la hazaña guaraní en suelo trasandino. Por último, la joven estrella albirroja dejó un mensaje de cara al futuro. “Nadie confiaba en este equipo y mirá en dónde estamos. No tenemos un límite. Vamos por más todavía”, disparó.
Su tío se emocionó y luego falleció
En el día más feliz de su vida, González recibió una nefasta noticia: la pérdida de un ser querido que vivía en Cadete Pando, Chaco paraguayo, de donde es oriundo su padre. Su tío Manuel Irrazábal, de 44 años, no aguantó tanta emoción y cayó desplomado tras su gol de la victoria ante Brasil. “Tío, por qué hoy, tío, por qué me dejaste por un infarto, por darte una alegría. Que te vayas con tanta felicidad. No puedo creer”, escribió Derlis en su Twitter.