Con el peso de los fuertes escraches encima, los jugadores de Olimpia lograron conseguir una histórica victoria en la altura de La Paz para descomprimir el tenso ambiente que se generó en la semana. Uno de los marcados en las intimidantes pintatas, Iván Torres, resaltó el esfuerzo del equipo para superar el obstáculo emocional y los 3600 metros.
“Fue un partido de vida o muerte para nosotros, en una cancha difícil, es hasta inhumano jugar ahí. Estoy muy orgulloso de todos mis compañeros de los que juegan y de los que no también”, remarcó el lateral franjeado que la rompió en Bolivia.
El zurdo reconoció que se vieron sorprendidos por la forma en que fueron apretados y amenazados en la previa del duelo copero.
“No fue una situación cómoda, te descoloca un poco pero ojalá que no vuelva a pasar. Estamos acostumbrados a que la gente nos putee, pero no que vengan a tu casa”, comentó a la 970 AM.
La broma de la caipi
Luego de la hazaña en la Copa, TikTorres tiró en las redes sociales una foto con dedicatoria agregándose un nuevo apodo. “La máquina caipiriña Torres”. Esto en referencia a las críticas que le llovieron por beber ese trago en un acontecimiento social.
“Yo soy muy jodón, muy hinchón, la gente me estuvo cañeando por una caipiriña. No vivo para agradarle a nadie ni me hago del ídolo cuando estoy bien y tampoco soy el peor cuando me va mal”, mencionó.
Para Tito no es pecado que un atleta tome alcohol de vez en cuando.
“Trato de romper un poco la barrera cultural. Cuando ven a un jugador con un vaso de cerveza o una copa de vino muchos le crucifican. El jugador debe ser inteligente y conocer sus limitaciones”, opinó.
Sobre su presencia en la fiesta de Jessica Torres, solo se arrepintió de mostrar el vaso que tenía en la mano. “No tengo nada que esconder, fui al cumpleaños de una prima, capaz la foto (con la caipiriña) estuvo de más”, dijo en la 650 AM.