La fiebre del Superclásico no solo se siente dentro de una cancha y durante 90 minutos. En un rincón del barrio San Pablo de Asunción, el amor por los colores ya lleva 29 años.
Él, fanático olimpista a punto de ser socio vitalicio del Decano, ella nació a 5 cuadras de la Olla y el día de su cumpleaños se inauguró el estadio más moderno del país. Fredy Ferreira y Mónica Quiñónez viven de una manera más que especial cada vez que Olimpia y Cerro Porteño se tienen que ver las caras.
“Cuando éramos novios el que perdía pagaba la cena y la entrada”, recordó Fredy, aunque ahora confiesa que cualquiera sea el resultado igual debe meter la mano en el bolsillo.
Entre risas comentó que tanto él como su esposa tienen sus cábalas, que a la hora del partido no pueden faltar.
“Yo tengo un gorrito que uso hace casi 20 años y ella tiene la camiseta número 7 con el nombre de Memo Beltrán, ese sí o sí debe usar”, contó.
Anécdotas
Ferreira señaló que son tantas las anécdotas vividas, pero la que nunca olvida es el día que fueron a Para Uno para un concierto. “Por fin ella había decidido ir al estadio de Olimpia porque iba a venir Bronco, como hubo tanta gente en la fila y algunos atropellaron, los cascos azules comenzaron a repartir golpes y mi esposa y yo comimos unos cuantos, nunca más quiso pisar el Manuel Ferreira”, relató.
Así también dijo que cuando se inauguró la Nueva Olla, de la oreja tuvo que ir con su señora ya que coincidió con su cumple. A pesar del fanatismo que ambos sienten, aseguran que nunca discutieron al finalizar un clásico. “Si gana Cerro nos felicitamos y si gana Olimpia también”, aseguró.
Este sábado cada uno irá por su lado, ya que ambos son socios de sus respectivos clubes, pero más que nada será por una cuestión de seguridad, explicó Fredy.
“Queremos que esto sea una verdadera fiesta sin violencia y en el marco del respeto, finalmente es solo fútbol”, fue el mensaje que dejó Mónica.
