
El anfitrión sabía a qué se enfrentaba, pero jamás pensó que la realidad podría ser mucho peor que la expectativa. Estados Unidos se topó con una Selección Argentina encendida, arrasadora y con el plus de contar con un Lionel Messi entonado. Sencillo, con esas características era más que claro que el dueño de casa no tenía nada que hacer pese a tratarse de la semifinal de la Copa América Centenario.
En Houston, los pupilos del “Tata” Martino redondearon un juego perfecto y se anotaron para la gran final del certamen a disputarse el domingo, en Nueva York. Apenas corrían 3 minutos cuando Lavezzi rompió el cero. El “Pocho” recibió un pase maestro de Messi y con un cabezazo venció a la enorme duda de Guzan, arquero norteamericano.
Poesía pura del N° 10
El actual mejor jugador del planeta, Lionel Messi, frotó la lamparita y provocó la genialidad de la noche a los 31’. La “Pulga” clavó un tiro libre en el ángulo de Guzan desatando el aplauso de los propios rivales. En los primeros compases del segundo tiempo, Higuaín recibió un pase de Lavezzi y definió en segunda instancia.
El “Pocho” Lavezzi metió el susto de la noche cuando, en su intento por controlar el balón con el pecho, retrocedió hasta chocar contra los carteles publicitarios y se pegó el golpe de su vida. Tuvo que ser sustituido ante el lamento de sus compañeros. El golpe de gracia fue obra de Higuaín a los 85’.
Argentina espera en la final por Colombia o Chile, mientras que EE. UU dirimirá por el tercer lugar ante el perdedor entre cafeteros y trasandinos.