“Con un nudo en la garganta, te dije adiós”, diría Pimpinela. Esa la sensación que se apoderó ayer de los hinchas albirrojos, cuando esa definición de Marcelo Martins Moreno pegó en el talón de Gustavo Gómez y la caprichosa se metió mansamente en la portería guaraní. Baldazo de agua fría para Paraguay que se mostraba mucho más peligroso a esa altura del juego, ante un rival que ya jugaba con 10 hombres por la expulsión de Gabriel Valderde.
Esa estocada en el corazón albirrojo se registró en el minuto 77. Los cambios tardíos de Francisco Arce no generaron el impacto que todos esperaban. Ni Cecilio, ni los Romero tuvieron la rebeldía para revolucionar el juego. Así, aunque aún existan chances matemáticas, Paraguay regresa de La Paz con un aire de despedida tempranera de la próxima cita mundialista, a disputarse en Rusia en el 2018.
Nefasto final
La Albirroja planteó un juego inteligente y no sufrió tanto, especialmente porque Antony Silva estuvo en su día, desactivando cualquier peligro en su área. Mientras tanto, Juan Manuel Iturbe era un dolor de cabeza para la defensa local. Su velocidad dejó en ridículo, en más de una ocasión, a los bolivianos, pero “Iturbo” no estuvo fino a la hora de acertar la portería. Otra asignatura que reprobó la Albirroja fue la pelota parada.
Gustavo Gómez tuvo dos chances muy claras, pero resolvió mal. A 6 fechas para el cierre de las Eliminatorias, el sueño mundialista de Paraguay pende de un hilo. Habrá que sorprender en Brasil, Chile y Colombia, además de cumplir en casa. ¡Se complicó todo!